Me volvió a suceder ayer. Me habían invitado a dar una conferencia sobre gestión de impactos en una escuela de negocios de Ginebra (Suiza), donde vivo. Tras la sesión, uno de los estudiantes se acercó a mí y, con una sonrisa pícara, me preguntó si era pariente de Pablo Escobar. “Vuelve y juega”, pensé. En…