en la bici, camino al trabajo, me asalta un pensamiento
podríamos morir en este instante
en este radiante día de invierno
antes de que la rueda de otra vuelta
aplastados por su furia
como cáscaras de huevo
nuestras vidas en sus manos
su cabeza llena de demonios
como en aquel entonces, pero peor
en el semáforo, una niña en su cochecito susurra algo a su muñeca y sonríe
su madre se abre paso empujando el coche entre la muchedumbre
“ánimo”, se dice, “un paso a la vez”, añade
un chofer de bus toca la bocina a los manifestantes que bloquean el paso
un grupo de estudiantes se abre camino con paso derrotado
que no acabe así
porque no hay guerra buena
eso es cosa sabida
y el mal es singular, y los buenos somos más
que no acabe así
sanaremos las heridas
enterraremos a nuestros muertos
labraremos la tierra, regaremos las plantas
volveremos a enamorarnos
enseñaremos a nuestros hijos que todas las tristezas se parecen
como el océano son una
la tuya es la mía
Gracias, Stefan, por animarme a traducir este poema